Yolanda Vaccaro desde el Vaticano: Juan Pablo II, Latinoamericano de corazón
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Latinoamericano de corazón
Por: Yolanda Vaccaro Enviada especial
Domingo 1 de Mayo del 2011
Latinoamérica fue una región fundamental en el pontificado de Juan Pablo II. El Papa que hoy será beatificado encontró en nuestra región el mejor resguardo del catolicismo practicante y la mejor cantera de fe. Países como España, donde gran parte de sacerdotes y monjas son latinoamericanos, son buen ejemplo de ello. En América viven más de la mitad de los 1.200 millones de católicos del mundo, gran parte de los cuales (cerca de 400 millones) optaron por este camino de fe precisamente durante el papado de Juan Pablo II.
De hecho, un buen porcentaje del millón de personas que llegaron a Roma para participar en la beatificación de Karol Wojtyla son latinoamericanos.
No parece casualidad que Latinoamérica haya sido la primera zona que visitó el Papa Viajero. En 1979, cuando llevaba un año de papado, Wojtyla llegó a República Dominicana, México y Bahamas con motivo de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
De los 104 viajes que realizó Juan Pablo II, 18 fueron a Latinoamérica, donde recorrió 26 países. Hubo naciones que recibieron su visita en varias ocasiones como México, país que recorrió en cinco oportunidades. A Brasil fue cuatro veces y tres a República Dominicana y Guatemala.
Su pontificado fue fundamental para salvaguardar los valores cristianos de la familia. También, fiel a su línea amable pero contundente, no tuvo tapujos en denunciar las grandes desigualdades que atenazan a América Latina denostando sus “estridentes contrastes” y unos costos sociales que, tal como apuntó, pagaban las clases menos favorecidas. Subrayó en todo momento el amor de la Iglesia por los pobres y en ello fue reiterativo tanto en las misas que ofició en Latinoamérica como en la doctrina impartida a obispos y sacerdotes de la región.
Juan Pablo II fue más allá del pontificado espiritual y fue un vital mediador en conflictos fronterizos, como el que enfrentó en su momento a Chile y Argentina. Gracias a su intercesión, ambos países suscribieron un tratado de amistad y cooperación que perdura.
El padre Pablo Medel, responsable de la pastoral profética de la Basílica de Guadalupe, en México, no ha dudado en afirmar que Juan Pablo II “era más latinoamericano de corazón que otra cosa”.
VIAJE A CUBA
Considerado uno de los impulsores fundamentales de la democratización de los países del este de Europa, incluida su Polonia natal, Juan Pablo II realizó una memorable visita a Cuba en 1998. Karol Wojtyla supo conjugar el agradecimiento con la crítica necesaria y así, en La Habana, denostó tanto el embargo sobre la isla desde EE.UU. como la falta de libertad en Cuba desde que Fidel Castro accedió al poder.
Tarsicio Bertone, secretario de Estado en el Vaticano, contó recientemente que Juan Pablo II le comentó que Castro fue el presidente que se preparó con mayor ahínco para recibirlo, pues se había leído para ello todas sus encíclicas, sus principales discursos y hasta algunas de sus poesías.
A partir de aquel viaje la Iglesia Católica se ha ido abriendo paso con mucha delicadeza para ayudar a los millones de católicos que durante años no han podido ejercer su fe. Y sobre todo, la Iglesia Católica, gracias a la apertura inaugurada por Juan Pablo II, es hoy una vital mediadora que está logrando la liberación de decenas de presos políticos.