Yolanda Vaccaro en El Mundo: El choque de Evo Morales con los pueblos indígenas de Bolivia
Artículo en el Diario El Mundo (España)
EL CHOQUE DE EVO MORALES CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS
13AGO 2011 19:59
Evo Morales vive estos días entre dos fuegos, el de la necesidad de construir una carretera en la cabecera de la selva amazónica y sus nacientes hídricas y el de los pueblos originarios de las tierras bajas bolivianas que se oponen a ello. Estos pueblos preparan una marcha de protesta desde Trinidad (Beni) hasta La Paz.
No es la primera vez que, en sus cinco años y medio de presidencia, el Jefe del Estado boliviano es contestado desde los sectores que él siempre dice apoyar y representar. El caso, eso sí, es el paradigma de las contradicciones en las que se puede incurrir cuando se echa mano de argumentos radicales y excluyentes.
Los indígenas rechazan el proyecto vial pues, indican, partirá en dos “la casa grande” de 64 comunidades de las etnias moxos, chimane y yuracaré que habitan en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), para construir una carretera de unos 170 kilómetros de largo y 50 metros de ancho. Además, según la Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación de Santa Cruz de la Sierra, el proyecto implicará la deforestación de unos 500.000 árboles. Los opositores a la construcción de la carretera subrayan, asimismo, que el proyecto cuenta con una inversión brasileña de unos 300 millones de dólares, algo que Morales, opinan, no quiere rechazar por mor de sus buenas relaciones políticas con el hermano mayor brasileño.
DAÑO MEDIOAMBIENTAL
El proyecto vial es rechazado categóricamente por los pueblos originarios ya que, indican, dividirá en dos “la casa grande” de 64 comunidades de las etnias de moxos, chimane y yuracaré para dar paso a una cinta de asfalto de poco más de 170 kilómetros de largo y 50 metros de ancho, que significará la deforestación de, al menos, 500.000 árboles, según los cálculos de la secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación de Santa Cruz. El TIPNIS está situado entre las estribaciones de la cordillera andina, sabanas inundables y bosque amazónico en el corazón geográfico de Bolivia, surcado por decenas de ríos, lagos y lagunas que son zonas de desove piscícola. Es un lugar considerada por los investigadores como “refugio pleistocénico” y uno de los escasos puntos en el planeta que registra precipitaciones pluviales de 5.000 mm/año por lo que posee una alta capacidad de absorción del dióxido de carbono y de producción de oxígeno. “La zona del TIPNIS está en la cabecera de lo que son las partes altas de la generación de aguas. El bosque genera y atrae agua a partir de la evaporación y transpiración de las mismas plantas que producen nubes densas con bastante agua y que beneficia no solo al lugar y a Cochabamba sino a toda la región y va avanzando por la cuenca de ríos hasta el Amazonas. Una depredación de este bosque va a generar un cambio del ecosistema y el clima de toda la región” ha explicado a una radio local John Zambrana, presidente del Foro sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
El caso es que los líderes indígenas de la zona han sacado a relucir las contradicciones del presidente Morales al recordar que la Constitución que él promulgó –redactada prácticamente a su medida- garantiza los derechos al autogobierno y la autodeterminación de los pueblos indígenas originarios de Bolivia así como su derecho a de proteger y aprovechar de manera sustentable los recursos del territorio, que también fue de sus ancestros, y donde atesoran zonas sagradas de su cultura y de su historia.
EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
Las reticencias de estos pueblos se contraponen con la idea de desarrollo que lleva aparejada la construcción de una carretera, de infraestructuras en general, en una zona a la que actualmente es muy difícil acceder. El ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo, como varios miembros del gobierno, está tratando de reconducir un diálogo con los citados pueblos indígenas pero ha recordado que “son una minoría frente a un 95% de agrupaciones benianas que consideran una demanda histórica, desde 1830, la construcción de una carretera que les una al resto del país”.
El caso, pues, pone sobre el tapete que los conceptos radicales que llevaron a la presidencia a Evo Morales y que este muchas veces mantiene en su actual discurso son enemigos de cualquier gobierno que realmente pretenda el desarrollo de su país respetando las tradiciones y el inexcusable respeto al medio ambiente. Saber gobernar es precisamente saber buscar un equilibrio entre derechos y reivindicaciones legítimas que muchas veces entran en conflicto.
El del TIPNIS es un tema que pone a prueba la habilidad de Evo Morales para conciliar su acertada defensa de los derechos de los pueblos originarios americanos y el respeto al medio ambiente frente a la necesidad de la construcción de las infraestructuras en zonas bolivianas que sin carreteras y otros medios de comunicación permanecerán apartados precisamente del desarrollo que Morales propugna para los menos favorecidos.
Yolanda Vaccaro Alexander
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, es Corresponsal en España del Diario El Comercio de Perú. Participa en programas sobre Latinoamérica en medios de comunicación y universidades. Asimismo imparte conferencias en entidades como el Banco Mundial. Colabora en foros de debate y reflexión en el ámbito de las relaciones internacionales entre los que se encuentra Safe Democracy.