YOLANDA VACCARO. 5 AÑOS DE PAPA DE BENEDICTO XVI

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ESPECIAL. EL SUCESOR DE JUAN PABLO II
Los 5 años de Benedicto XVI

Por: Yolanda Vaccaro Corresponsal
Domingo 18 de Abril del 2010
MADRID. El 19 de abril del 2005 se asomó la esperada fumata blanca. Había nuevo Papa. El cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien había sido prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ocuparía el lugar dejado por Juan Pablo II, convirtiéndose en el pontífice número 265.

“Queridos hermanos y hermanas, después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me eligieron, un simple y humilde trabajador en la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes. Me encomiendo a vuestras oraciones”.

Con estas palabras, pronunciadas en su bendición apostólica Urbi et Orbi, Benedicto XVI inició el Sumo Pontificado.

Con 83 años de edad —los cumplió el 16 de abril— el Papa conmemora un lustro al frente del Vaticano. Las comparaciones con Juan Pablo II han menguado. Hoy el análisis se centra en la labor teológica del pontífice, al que ya muchos bautizan como el Papa Intelectual, y en su respuesta frente a las crisis.

SABIDURÍA
“Cada Papa tiene su carisma. El de Benedicto XVI consiste en la claridad de sus ideas, la calidez de su palabra y la sabiduría para ir solucionando los problemas de la Iglesia. Pienso que es el Papa ideal para el momento presente. El genuino método alemán de Benedicto XVI podría ayudar y dar muy buenos resultados en este sentido”.

Eso es lo que opina el teólogo y catedrático de la Universidad de Navarra Pablo Blanco Saro, biógrafo del papa Benedicto XVI, creador del foro de estudios Joseph Ratzinger y autor de los libros “Joseph Ratzinger: razón y cristianismo. La victoria de la inteligencia en el mundo de las religiones” y “Joseph Ratzinger. Vida y teología”, entre otros textos.

Blanco resume así el pontificado de Benedicto XVI: “Amor y esperanza, razón y oración, Jesucristo y la Iglesia, creación y belleza. En estos términos se sintetiza gran parte de las enseñanzas del Papa. Es todo un programa que va más allá de lo que se puede ver a simple vista: va a lo esencial y sus consecuencias son imprevisibles en el futuro”.

En efecto, si se habla de legado teológico, el papa Benedicto XVI ha desplegado una intensa labor. “Dios es amor” (2006), “Salvados en esperanza” (2007) y “La caridad en la verdad” (2009) son las tres encíclicas que ha escrito hasta la fecha.

Si en “Dios es amor” —su encíclica programática— expresa la continuidad entre el amor, la caridad y la santidad, como recuerda el teólogo Blanco, en “La caridad en la verdad” Benedicto XVI hace frente a la crisis económica internacional de los últimos tiempos. Su tesis es que la crisis económica es consecuencia de una crisis de valores, de un afán por el lucro con un desprecio sistemático de la ética.

Tres encíclicas, tres sínodos, una exhortación apostólica postsinodal, 28 canonizaciones, 772 beatificaciones en una veintena de naciones, varios e importantes motu proprio, memorables cartas pastorales, homilías y discursos son el legado de estos cinco años.

EN EL PUNTO DE MIRA
Pero en estos cinco años no todo han sido reflexiones teológicas que dejan un destacable legado a la fe católica. Es imposible soslayar las acusaciones de pedofilia contra sacerdotes de diferentes partes del mundo.

Al respecto, el padre Blanco indica: “La respuesta de Benedicto XVI sobre este tema es la misma que la de cualquier cristiano: de rechazo y repulsa. El cardenal Ratzinger coordinó el problema en el 2001, para ayudar a solucionar esta auténtica plaga. Ha llamado a estos ministros indignos “basura de la Iglesia”. Y la basura hay que sacarla de casa. La limpieza ha empezado por la Iglesia Católica, aunque lógicamente no se ha de quedar tan solo aquí”.

Sobre el tema, el teólogo Hans Küng —conocido por sus posturas críticas y progresistas—, en una polémica carta abierta a los obispos de todo el mundo difundida esta semana, ha sido especialmente duro sobre el tema de los delitos sexuales cometidos por clérigos.

También esta semana el Papa ha hecho frente al delicado tema y ha señalado que es preciso hacer penitencia para “purificarse y renovarse”.

Ha dicho: “Los cristianos, en los últimos tiempos, hemos evitado a menudo la palabra penitencia, que nos parecía demasiado dura. Ahora, bajo los ataques del mundo que nos hablan de nuestros pecados, vemos que poder hacer penitencia es una gracia, y vemos que es necesario hacer penitencia, es decir, reconocer lo que hay de equivocado en nuestra vida. Abrirse al perdón, prepararse para el perdón, dejarse transformar. El dolor de la penitencia, es decir, el de la purificación y la transformación, ese dolor es gracia porque es renovación y es obra de la misericordia divina”.

El Papa inició ayer una peregrinación a Malta, la isla mediterránea mayoritariamente católica. Allí dijo que “nuestros pecados han dañado a la Iglesia” en este país, donde víctimas de abusos sexuales por el clero esperaban reunirse con el pontífice.

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